2 sept 2013

Manal - Manal (1970)

Cada vez que se hace referencia a Manal se los menciona como "grupo fundacional" del rock argentino, junto a Los Gatos y Almendra. Originariamente bautizados Ricota, este trío interpretaba un blues marcadamente influenciado por Cream (el grupo de Eric Clapton) y se presentaban casi diariamente en La Cueva.

Ante varios rechazos de demos, fue necesario que Jorge Alvarez (un famoso productor de la época y amigo de la banda) creara junto a Pedro Pujó su propia compañía discográfica (Mandioca) para que Manal pudiera sacar el primer simple: "Qué pena me das" / "Para ser un hombre más" (1968).

Las primeras presentaciones del trío tuvieron lugar en la sala Apolo (donde funcionó luego el cine Lorange). Junto a la primera formación de Los Abuelos de la Nada tocaron en Mar del Plata en el verano de 1969. Pappo participó como segunda guitarra por algunos shows. El segundo simple fue "No pibe" / "Necesito un amor". La consagración fue el Festival Pinap, organizado para fines de 1969. Ese año la banda se había presentado casi a diario, con lo que habían logrado una justeza instrumental admirable. ''Fue el día más glorioso de mi vida artística -recuerda Gabis-. A Javier se le rompió la batería, a Alejandro se le rompió el bajo, a mí se me rompió no se qué, pero seguimos tocando y la gente deliraba. Terminamos los tres cantando en un micrófono: Alejandro con la guitarra, Javier con los palillos y yo con la armónica y la gente delirando. Manal se consagró ese día, se hizo un grupo grande. Ese día entró a la historia'' (E.Abalos, pág 70).

Con "Manal", su primer LP (1970), rompió con el tabú que no se podía hacer blues y rhythm & blues en castellano. "Jugo de tomate" y "Avellaneda Blues" son una prueba de ello.

Una gran oferta de la RCA convenció a Martínez de emigrar a una discográfica "comercial", y fracasaron con el segundo disco, "El león" (1971), que no produjo la misma sensación que el anterior. El sonido se volvió más rockero, dejando de lado el tono blusero anterior. Ya las diferencias entre los miembros de la banda eran indisimulables. Martínez desaparece durante un tiempo y luego, deciden que lo mejor era disolverse.

Ante el éxito obtenido por Almendra y su retorno tantos años después, Manal siguió el mismo camino, en 1980. «Todo lo inició Almendra - recuerda Alejandro - Los productores decidieron que si ellos se reunían, Manal tenía que hacer lo mismo, y así fue que nos llamaron (...) La reunión fue buena por que sirvió para levantar el movimiento del rock and roll. Demostramos muchas cosas...'' (F.Blumetti / C.Parise, pág 23). Realizaron cuatro presentaciones en Obras, editaron el LP "Reunión" (1981) con material nuevo, giraron por las ciudades más importantes del interior del país para culminar nuevamente en Obras con "Chau Manal", recitales que fueron posteriormente editados como "Manal en Obras" (1981).


El grupo apareció fugazmente en el panorama local en agosto de 1987, bajo el mando de Javier Martínez, pero con Aldo Yacomino en guitarra, Jorge Iacovelli en batería, Jorge Szayso en teclados y saxo y Luis De León en bajo.


''La idea es formar un nuevo Manal, que no sea un mero revival. Que mantenga el espíritu del viejo Manal, pero que tenga constancia, que perdure en el tiempo'', anticipó Martínez ante el inminente segundo regreso "oficial" de Manal (Clarín, 02/08/94). Al baterista y a Medina se le sumaron Claudio Rodríguez en guitarra y Carlos Vidal en teclados. «Gabis tiene otros objetivos», remató. En agosto de 1994 se presentaron con todos sus viejos éxitos en la discoteca The Roxy. Casi un año más tarde se conocería la versión del guitarrista original: «En realidad, estamos distanciados (...) la última vez que volvió Manal ni me llamaron, y yo tenía muchas ganas de estar ahí con ellos» (Clarín, 21/06/95). Lo concreto, es que Martínez tampoco fue invitado a participar de La Selección que Gabis armó junto a Medina, Charly García, Andrés Calamaro, León Gieco y otros.

Una mano con tres dedos. Una guitarra y un bajo conectados a un par de amplificadores, una batería ajustada, ningún sospechoso en la sala: eso basta para tomar contacto con Manal, arder por adentro y orbitar alrededor de nosotros. En los estudios TNT, escuchamos con atención.

Llevan varias horas de grabación y varios registros del mismo tema que ninguno de los tres se anima a descartar. Alejandro regraba Informe de un día con el bajo distorsionado; logra un timbre distinto, realmente embriagador. A quienes lo recuerdan de sus primeras épocas, cuando integraba Los Seasons, les parece que sea imposible que sea el mismo que está condimentando Avellaneda Blues. Ahora su técnica parece más que suficiente.
Su tempo, muy sólido.

Pero Javier vuelve a aullar en los parlantes: "Y yo estoy aquí tan tranquilo/ revuelvo mi pelo me miro los pies/  Ellos están ahí/ no sé cómo los puedo ver sin mirar". La primera voz del trío se tironea el bigote y apronta a disparar Jugo de tomate frío con su voz negra, intensa. Mientras la nueva horneada de bateros se enrola en la nueva línea soul fluida (vía Estados Unidos o Inglaterra), él insiste en explorar los recursos inéditos del bombo, marca el beat en el redoblante, contragolpea con mucha frecuencia en los tontones. Preciso, con una mano izquierda muy libre subraya los reef, imprime en su golpeteo un swing propio del jazz. 

Luego, cuando el play-back de Avenida Rivadavia destaca la labor de Claudio, se notan las direcciones de su guitarra virtuosa: jazzística ortodoxa, bluseada no excesivamente rigurosa. En ambos casos, solvente cien por cien. Adentro de la cabina, unos cuantos -técnicos y amigos- gozan por las caras iluminadas: ahí, en ese blues urbano, pariente del de Chicago, está el verdadero estilo de Manal. Una casa con diez pinos brota luego:una canción lenta pero recia. Todo el día me pregunto: el blues más blues del LP. 

De regreso, pienso en la depuración del conjunto, en el espectro de ritmos que abarca -del hard-rock al soul, del beat más rabioso al blues más sentimental-, en sus fraseos delirantes y exactos, en acordes dolientes pero vitales. Y anoto: spirituals porteños, el sonido de una generación que quiere crecer.

Código: #1024

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